lunes, 25 de mayo de 2009

Actuar, Pensar, Vivir...

Consecuencias, alteraciones y penas son la rutina diaria que me esfuerzo en vivir, continuar y en sufrir.

Las personas a mi alrededor me piden que piense, que vea lo que hago y dejo de hacer, que reconsidere las acciones y el daño que produce en las personas.

Lo que ellos no entienden es que así es mi forma de actuar, que sólo ahora puedo comportarme como siempre he querido hacerlo, que la seguridad que me da la libertad es mi motivación, que me rehuso a seguir desaprovechando oportunidades, que me cansé de ver a los demás haciendo lo que yo quiero, que es momento de dejar de pensar y comenzar a actuar, que es imposible que después de desatado mi accionar los deseos se vuelvan a guardar.

Después de todo, las consecuencias y los daños vienen hacia mí, las personas ajenas sólo lo ven desde afuera y no tienen derecho a opinar, y los beneficiados no se pueden quejar, al contrario sólo deben disfrutarlo.

1, 2, 5, 10... ¿en qué puede afectar?, si hay alguna consecuencia grave sólo la puedo enfrentar, después de todo no habrá reclamos ni problemas.

Mientras la mente divaga sin final, los oídos reciben todas las opiniones, los ojos ven la vida en colores y el olfato se agudiza una vez más; las sensaciones recorren todo mi cuerpo y en ese momento, las opiniones pierden su valor y el deseo lo llena todo, la ansiedad me invade cada vez más fuerte y llega el momento en que deben salir.

Aquellos atardeceres que tranquilizan, me remiten a la idea de la irreverencia y de la locura desbordante, el viento que motiva a hacer lo impensado y la luna que grita la satisfacción de deseos, todas ellos se comportan como si supieran exactamente lo que quiero, saben lo que pienso y me incitan a llevarlo a cabo.

Sería tan fácil reaccionar como tantas personas en el mundo, que tratan de amortiguar los daños culpando a otros de su accionar, pero esa es la actitud más cobarde que se puede esperar, si yo soy la que goza por beneficios ¿porqué lo voy a negar?

Cada pequeña cosa debe de ir en su lugar, no importa si después cambia de opinión, por el momento, hay que mover las piezas a mi conveniencia y después, sólo después pensar en las consecuencias.

4 comentarios:

suspiros dijo...

El pensar de un desesperado...

Creo que sí ciertamente es necesario ser libre, y la libertad que anhelamos es precisamente la que nosotros mismos cohartamos, no estás luchando contra los que opinan, contra los que ven, en realidad estás luchando contra ti misma.

Quieres en verdad creer que así lo has decidido, que estas tomando tus propias decisiones y que eres capaz de asumir todas las consecuencias posibles, y espero que así sea...

Sin embargo recuerda, que no podemos huir de nosotros mismos, no se trata de actuar sin pensar, se trata de actuar congruentemente con tus ideas, quizá aún así se hagan cosas que parecer imprudentes, impulsivas, pero no tendras conflicto con ellas...

un abrazote niña...yo te acompaño

Eco dijo...

Ya sabes como soy y la verdad, espero no dejes de quererme por decírtelo pero: Que pendeja.

¿De qué libertad hablas?
Si se trata de una dependencia.

¿Desaprovechar oportunidades?
¿De destruirte? Oportunidad tiene un significado positivo, si crees que actuar de una manera autodestructiva es una oportunidad...

¿Qué despues de comenzar a actuar no puedes guardar tus deseos?
No lo hagas, para algo existe la sublimación.

Que las personas sólo lo vemos desde afuera y por eso no tenemos derecho a opinar.
De cualquier manera me tomo el derecho si así lo quiero, así tampoco puedes tú limitarme en cuanto a lo que yo quiera opinar. Además muchas veces te nutre más ver la opinión que tiene el que está afuera que la tuya que sólo lo ves desde tu perspectiva.

¿Cuáles son las verdaderas consecuencias de tus actos?
Digo, si estás tan segura de que podrás afrontarlas por lo menos deberías conocerlas.

"Mientras la mente divaga sin final, los oídos reciben todas las opiniones, los ojos ven la vida en colores y el olfato se agudiza una vez más; las sensaciones recorren todo mi cuerpo y en ese momento, las opiniones pierden su valor y el deseo lo llena todo, la ansiedad me invade cada vez más fuerte y llega el momento en que deben salir."

Y luego cuando sales de eso... Ya no puedes divagar, tus oídos ya no saben escuchar. La vida no se ve a colores y tu olfato queda insensible... ¿Entonces? Tendrás que volver a producir ese estado para poder volver a sentir al mundo. Y así una y otra y otra y otra vez. ¿Por qué le llamaran adicción?

En fin, si no quieres pensar en las consecuencias eres libre de hacerlo, eso lo dijo Sartre. Estás en todo tu derecho de hacer pendejadas y sólo tú puedes decidir de que mánera las haces.

Sólo recuerda que tus acciones SÍ afectan a los demás. Que la autodestrucción lleva a más problemas que respuestas. Que toda adicción es eso, una adicción, algo dañino, pero sobretodo, algo esclavizante.

Espero que haya malentendido lo que escribes y no hables de lo que pienso.


En fin, te quiero mucho y espero que no termines en el vacío por no pensar en las consecuencias.

Pues como dijo el gato: "Si no sabes a donde vas, cualquier camino es bueno"

Eternauta dijo...

No voy a opinar nada...solo diré: bienvenida a la blogósfera

Eco dijo...

Cambio lo que dije y mejor digo lo mismo que Eternauta n_n