martes, 28 de julio de 2009

Ominosa Realidad (2)

El día acordado fue el siguiente miércoles a las cinco de la tarde, y para no involucrar a otros, lo haríamos nosotros mismos; esa decisión fue difícil pero croe que la más apropiada debido a la confidencialidad que pretendíamos guardar.

El prepararme psicológicamente para lo que sucedería enseguida fue la peor parte de todo; confiaba enormemente en ti pero no en tus instintos un tanto asesinos que pude presenciar algunas ocasiones, los cuales no puedes esconder aunque pretendas hacerlo.

Todo el lugar fue preparado como una clínica especializada en ese tipo de operaciones, la sensación de estar en un sueño me invadió lenta y sigilosamente, mientras tú, mi único contacto con la realidad, te preparabas para la cirugía determinate del destino inesperado que se sucitó en ese momento.

Un beso, ese fue el último eslabón en la gran escalera descendente que nos empeñamos tan insistentemente en caminar solos y en la oscuridad; un beso tan diferente a todos los que compartimos antiguamente marcó el inicio del cambio de nuestras vidas; un beso que literalmente fue de muerte.

El proceso estaba a punto de comenzar, pero una duda me invadió enormemente: ¿de verdad lo harías?, te cuestioné, y la seguridad que acompañó tu respuesta me hizo dudar más profundamente.

Antes de que mi consentimiento fuera dado para iniciar la cirugía, introdujiste un instrumento desconocido en mi. no necesité saber su nombre para sentir cómo me desgarraba por dentro. Desde ese instante la agonía comenzó hasta convertirse en un dolor agudo y profundo, tanto como la hemorrágia que lo acompañó.

Con pocas pero decididas fuerzas, tomé un cuchillo casualmente depositado a un costado de la mesa de operaciones, lo encajé en lo más profundo de tu pecho sin dejar de presionar hasta que caíste al suelo, arrastrándome contigo a él.

Con el último impulso de mi cuerpo, casi inerte por la pérdida de sangre, te miré a los ojos con un regocijo jamás experimentado y por primera vez pude decir -eso es lo que te mereces-; tus ojos lanzaron una mirada que no había visto en ti, fue una intersección de súplica y aprobación, una conjunción de terror e ilusión.

Me di cuenta de que nunca pensaste que fuera capaz de hacerte eso, justamente a ti, la persona que me ayudó a cambiar mi vida por completo; que iluso fuiste; no llegaste a comprender que no me conociste como yo a ti, compartimos tantas cosas pero jamás lograste entrar en mi mente, tal vez por eso pensaste en matarme, tal vez creíste que por el amor que sentía iba a dejar que me vencieras, pero te equivocaste fatalmente. Todas esas ideas inundaban mi mente mientras observaba la luz de tus ojos extinguirse, mientras el sentimiento abrazador del amor se iba junto a tu vida.

En el último suspiro que exhalaste pronunciaste las palabras que tantas veces quise escuchar : -te amo-, lástima que llegaron tan tarde. Tras escucharte, lo único que pude hacer fue enterrar aun más el cuchillo hasta sentir que efectivamente habías muerto.

Con la libertad que me proporcionó tu muerte, me recosté en el suelo, en medio del charco de sangre que se encontraba junto a tu cuerpo, y ahí esperé pacientemente a que la poca sangre que aun me quedaba saliera por completo; mientras tanto, abarrotaban mi mente los recuerdos de mi vida junto a ti, y por primera vez pensé en que si todo se hubiera dado de forma diferente, ambos continuaríamos viviendo y tal vez, sólo tal vez, seríamos buenos amigos.

Con esto en mente abandoné el mundo material, un mundo que me demostró con creces que el "hubiera" no existe y que las consecuencias de mis actos se pagan, incluso con la muerte.

sábado, 25 de julio de 2009

Ominosa Realidad (1)

Ahí estabas tú, tan implacable como el día que te conocí, con esa forma de actuar que me atrajo desde el primer momento, hasta que por fin cruzamos palabras en aquel lugar, en el más impensado momento.

Curiosa es la forma en que las situaciones se dan, de forma enmarañada y confusa, tanto como la relación que se empezó a gestar entre nosotros. Mientras los rumores crecían sobre lo que podía estar pasando, tú y yo no dejamos que se inmutara lo nuestro.

¿Lo nuestro?

¿Pero qué era lo nuestro?

Una simple relación cordial que se confundió con algo más, un espejo para escapar de lo que jamás permitimos que pasara, una ilusión dentro de una frágil burbuja llena de esperanzas vacías.

Aquel día pasó lo que ambos deseábamos, la culminación de nuestras esperanzas gestadas a lo largo del tiempo en que nos conocimos, la entrega total a otra persona, la que tal vez jamás pensamos que llegara a suceder.

Indudablemente merecíamos un premio por la forma tan magistral de disimular el pasado bastante reciente ante los demás, aun no logro terminar de entender porqué no lo notaban si en algunas ocasiones era tan obvio; creo que la percepción de las personas a veces no funciona bien del todo.

Fingir que la situación era como siempre lo fue se tornó en algo complicado, afortunadamente soportamos las miradas indiscretas y los recuerdos aflorantes.

Que fácil era reír y hablar igual que siempre lo habíamos hecho, tratando temas que no tenían un interés particular y deshilachando historias que hacían volar nuestra imaginación; definitivamente la inventiva era nuestro fuerte, curiosamente me di cuenta demasiado tarde como para pedirte que inventáramos juntos un nuevo futuro en el que no existiera una relación entre nosotros.

Un beso en la mejilla como cualquier otro, un abrazo de vez en cuando para demostrar que el cariño seguía vigente, una mirada cualquiera, una conversación insignificante y otro beso de despedida, era la rutina casi diaria que llevábamos a cabo como si la hubiéramos ensayado antes.

Con anterioridad había pensado en hablar contigo sobre ciertas situaciones, sobre dudas que se estaban gestando en mi, pero siempre me detuvo la incertidumbre de si tú contestarías a cualquier cosa que te preguntara; ¿qué tal si ya no querías hablar más sobre ese tema?, ¿y si la presión que ejercían sobre ti los recuerdos era lo que hacía que nos mantuviéramos con esa distancia que a veces parecía enorme?

Esa plática se tuvo que aplazar lo suficiente, hasta que me enteré de la noticia más trágica de mi vida: un embarazo. Desde ese momento mi mundo se fue abajo inevitablemente, sentí que la razón me abandonaba y la locura se posaba en mí.

Ese día fue el más misterioso de mi vida, desde que me levanté de la cama tuve la impresión de que algo me marcaría para siempre. Verte de nuevo fue como siempre lo había sido: una mirada discreta para averiguar cómo amanecimos y un saludo cordial y sincero para continuar manteniendo las apariencias.

Después de toda esa parafernalia de cortesías, te dije discretamente -necesito hablar contigo-, el tono y la seriedad con la que hablé llamaron poderosamente tu atención. La plática se llevó a cabo después de terminadas nuestras diferentes actividades, el nerviosismo me invadió por completo y apenas pude decir unas pequeñas palabras que dieron a entender todo lo que pretendía comunicar; tu mirada se clavó en mi como un arma diseñada especialmente para matarme de forma lenta, tus ojos antes llenos de luz y alegría dijeron lo que tu boca no se atrevía; leyendo tus pensamientos te dije -no te preocupes, voy a abortar-, y entonces, sólo por un instante pude ver que tu cara se iluminó diciéndome -haces lo correcto-. Probablemente hasta ese momento te diste cuenta de que te conocía más de lo que pensabas.

Después de la discusión obligada sobre cómo y cuándo se llevaría a cabo el acontecimiento decisivo en nuestras vidas, decidimos ir a un lugar más privado para hablar de esos asuntos.

jueves, 23 de julio de 2009

Así de simple

El ser tan impredecible que eres,

la forma de hablar que me atrapa,

la mirada en la que me pierdo,

el aroma que me llena,

la sonrisa que no me canso de ver,

las manos que no dejo de estrechar,

la boca que dejar de besar no puedo,

el pecho en el que siempre me recuesto,

los brazos cálidos que me abrazan,

la pasión que me contagias,

el humor que me aprisiona,

la inestabilidad que te acompaña...

¡maldita sea!...

eres justo lo que buscaba...

domingo, 19 de julio de 2009

Soñar

Ayer soñé de nuevo contigo. A diferencia de los otros días, este sueño fue tranquilo, un poco coherente, no tan alejado de la realidad, casi como si estuviera despierta.

No hubo una trama ni nada parecido, simplemente llegaste y llevamos a cabo la rutina como siempre lo hacemos; compartimos momentos, experiencias y palabras.

La cotidianeidad de las actividades me hizo creer que realmente estaba despierta, tanto que llegué a preguntarme: ¿pero si estaba en mi casa, cómo llegué aquí? Decidí no hacer caso a las dudas que me rondaban y disfruté la vivencia.

Después de cenar platicamos un rato en mi cuarto, escuchamos música e hicimos el amor; todo normal. Definitivamente eso era demasiado real.

Dormimos abrazados, me perdí por completo en el sueño. Cuando abrí de nuevo los ojos noté que no estaba ni contigo, ni en mi casa... ¿dónde estaba?

Con sobresalto vi lo que me rodeaba y noté que parecía el interior de una celda; eso si que debía ser un sueño... lamentablemente no lo era.

Al ver a mi compañera de celda recordé lo que había pasado: en un arranque de furia fui a tu casa a reclamar el que me engañaras, en medio de la discusión sin más te maté, no quise hacerlo pero lo hice, ni siquiera intenté escapar, la policía me encontró junto a tu cuerpo, declaré mi culpabilidad y me sentenciaron a varios años en prisión.

Completamente abatida por la tristeza me senté en la orilla de mi nueva cama, por la pequeña ventana de la celda vi la hermosa luna de esa noche, tal como nos gustaba a ambos. Con lágrimas en los ojos me dí cuenta de que aun te amo, de que no sé porqué lo hice y de que este sueño se va a repetir una y otra y otra vez, no sé hasta cuando...

viernes, 17 de julio de 2009

Aquí

Aquí estoy de nuevo.

Recordando lo que creí haber olvidado hace tiempo.

Haciendo añicos los pocos recuerdos del pasado que aun conservaba intactos.

Tratando de vivir cerca de la coherencia que hace tiempo se alejó un poco.

Obstaculizando el progreso al que sé que puedo llegar.

Armando castillos en el aire mientras la vida cae ante mis pies.

Socorriendo a otros para evitar ayudarme.

Presentándome y escondiéndome al mismo tiempo.

Ocultando las ideas retorcidas que surgen a cada instante.

Amparándome en el anonimato para moverme por el mundo.

Sosteniéndome de los delgados hilos de la fantasía.

Aferrándome a la inconclusa realidad de la vida.

jueves, 16 de julio de 2009

Ahh...

Posees la llave que abre por completo mi ser a ti.

Tienes la capacidad enorme de llevarme hasta donde tú quieres.

Comprendes mis movimientos y los controlas.

Captas mis ideas aunque sean indirectas.

Sabes qué y cuándo hacerlo.

Logras lo que nadie ha logrado jamás.

Me rindo por completo ante ti.

Increíblemente lo lograste...

Lástima que no te diste cuenta a tiempo, realmente una lástima.

lunes, 13 de julio de 2009

Despertar


Siento tu aliento en mi espalda, de repente recuerdo que estás conmigo, que hoy también dormimos juntos.

Muevo mis hombros para acomodarme y me dispongo a dormir de nuevo. Tu mano abraza mi cintura y juntamos nuestros cuerpos. Otra vez dormimos.

Una hora más tarde despierto, seguimos en la misma posición. Nuestras manos comienzan a moverse, nos acariciamos mutuamente.

Mi piel se eriza al contacto de tus manos. Tu respiración se agita, mi corazón va al ritmo del tuyo. Besas mis hombros, toco tus piernas; besas mi espalda, mis pies recorren tus piernas; acaricias mi pierna, junto aun más mi cuerpo al tuyo.

Te pido que lo hagas, entras en mí. Comenzamos a movernos al mismo ritmo. Emitimos sonidos de placer, nos envolvemos en nuestro calor.

Cambiamos de postura en varias ocasiones. No besamos y abrazamos hasta terminar. Llegamos a un orgasmo inmenso, que llena a ambos.

Nos miramos. Me recuesto en tu pecho, jugueteas con mi cabello. Casi sin querer nos dormimos nuevamente. Quizá cuando despertemos lo hagamos otra vez.

domingo, 12 de julio de 2009

Asi


Llegas...

Iluminas el lugar...

Dices palabras sin sentido aparente...

Te plantas como siempre...

Tomas la iniciativa...

Decides...

Me llevas a la habitación...

Juegas con mi cuerpo...

Entras en mí...

Me tomas...

Disfrutas...

Terminas...

Te vas...

Y quedo lista para la próxima...

Te espero...

sábado, 11 de julio de 2009

Tardanza

Hoy también, al despertar, Ana recordaba con anhelo a Carlos, el aroma que él dejaba en su cuerpo era indescriptiblemente seductor, tanto que la mantenía por unos minutos estática al pie de la cama.

Mágicamente, la realidad volvía a ella para que comenzara sus actividades diarias, todo con tal de llegar a tiempo a su casa para recibirlo como habían quedado.

En el trabajo, con los amigos, en la calle, en cualquier parte, su concentración se perdía por un momento, sólo para pensar en él, para añorarlo.

Llegó corriendo a su casa, comió lo primero que encontró en el refrigerador y tomó un baño rápido; dedicó bastante a su arreglo personal pero al final de la larga jornada lucía hermosa, lista para recibir a su amado.

Una hora, hora y media, Carlos no llegaba, ni siquiera un mensaje para avisarle que iba a llegar tarde.

Ana comenzó a preocuparse, ¿qué tal si le había pasado algo?, trató de alejar esos pensamientos de su mente, pero la duda era muy grande como para alejarse por completo.

Tres horas.

Seguramente algo había pasado.

Se dirigió al teléfono, notó que por la prisa con la que llegó no vio que tenía un mensaje en la contestadora:

"Hola, perdón por avisarte así pero quise esperar a que no estuvieras en casa para llamar... eh... no sé cómo decir esto... creo que lo nuestro ha ido demasiado lejos, me parece que te estás enamorando y la verdad me estoy cansando un poco de esto... he decidido que es mejor dejarlo hasta aquí... perdón y gracias por todo... por favor no me vuelvas a buscar... adiós"

Con lágrimas en los ojos fue a su habitación y se recostó en la cama para respirar su aroma por un momento, sólo un momento antes de intentar dormir, justo como en los días en que él se quedaba a dormir con su esposa.

viernes, 10 de julio de 2009

Una vez más lo hiciste... ¡felicidades!... lo lograste de nuevo...

¡maldita sea! ¿porqué no sólo cierras tu gran boca y nos quitamos de problemas?

¿cuál es tu estúpida necesidad de fastidiar a todos?

sería mucho más fácil que simplemente murieras... ojalá lo hagas pronto... ya es tiempo de que lo hagas...

ojalá...

...

...

en la próxima ocasión tal vez te ayude...

mmm....

si, tal vez lo haga...

sería tan agradable...

no tienes idea de cuánto............

miércoles, 8 de julio de 2009

¡A jugar!

De nuevo estás aquí, conmigo, compartiendo momentos tan pequeños que parecen inmensos...

Es tan reconfortante que lo hagas, que vengas a mi cuando quiero que vengas, que te vayas cuando te lo pido, que a pesar de tus deseos, hagas lo que yo quiero; que te disculpes por mis errores, que hagas todo por mi...

La cercanía se ha perdido un poco, pero no te preocupes, en cuanto te vea otra vez, el juego comenzará como antes, justo como te gusta jugar: a que ganas mientras te dejo ganar, a que pierdo para que la manipulación no sea tan obvia...

¿Listo?

Continuemos...

martes, 7 de julio de 2009

Ahora si...

Meditabunda intentaba seguir con sus ocupaciones mientras el pensamiento de su vida con él llegaba nuevamente a ella.

- Esta vez será diferente...

A esta idea se aferraba su mente en cada una de las repetidas ocasiones en que trataba de convencerse de que era lo mejor para ambos.

Pensaba en que la decisión que acababa de tomar era la correcta: dejar el pasado en su lugar y continuar con lo que en el presente vivía.

- Si, así debe de ser.

Después de estas palabras, terminó de escribir lo que había tardado tanto tiempo en hacer y fue directo a su casa a informarle su decisión.

- Quiero que hoy mismo se termine nuestra relación; no puedo seguir con esto, antes de que iniciáramos te dije que no quería que llegaramos al punto en que nos encontramos ahora.

Él la miró un poco sorprendido y se limitó a decir:

- ¿Seguir con qué?, creí que "nuestra relación" se había terminado desde aquella pelea, yo sólo sigo contigo porque tú lo pediste, pero no recuerdo que hayamos reanudado nada...

Ella permaneció atónita ante él, jamás pensó escuchar eso. Con indicios de lágrimas en los ojos se alejó de su lado y se refugió en la cocina.

Al ver la aflicción en sus ojos, él la siguió para intentar consolarla.

- Jamás hubiera adivinado que pensabas eso, creí que aun había amor entre nosotros.

- Aun te quiero mucho, por eso estoy aquí...

- Según lo que dijiste hace en momento, sigues aquí porque yo te lo pedí, ¿no?

- Si, eso tiene algo que ver, pero la mayor razón es porque te quiero...

- Creo que eso me alivia un poco...

- Claro, cuando te lo digo siempre te calmas...

- Abrazame... no me dejes...

Con fuerza la tomó entre sus brazos, se quedaron así por largo tiempo y dejaron atrás el pasado, el reciente pasado, tal como ella quería...

domingo, 5 de julio de 2009

¿Otra vez?

Ahhh....

De nuevo la discusión se ha repetido....

Quieres saber quién soy...

¿Pero quién eres tú para preguntar eso?

Hemos compartido tanto tiempo, tantas cosas...

Quizá debiste preguntar eso antes...

Ahora es un poco tarde...

Ya te he dicho que algún día lo sabrás, claro, cuando yo quiera que lo sepas...

La pregunta es: ¿después de que te lo diga, querrás seguir a mi lado?

Posiblemente la respuesta sea afirmativa...

Después de todo, como bien lo dijiste en alguna ocasión, somos iguales...

Por ello continuamos juntos...

Tal vez por eso el tiempo pasa y no terminamos nuestro juego...