martes, 30 de junio de 2009

Intensos sentimientos e asco y cansancio que interfluyen dentro de una persona,
pertinencia para comentar que nunca llega,
diálogos monopolizados con sentido intermitente,
palabras lanzadas con la mayor brusquedad posible,
comprensión reducida con a su más mínima expresión,
apariencias consumidoras de energía que fatigan interminablemente,
miseria cada vez más cercana al medio exterior,
tardanza justificada con un desempeño mejor...

Espero...

Te espero una vez más en mi casa para disfrutar como todos esos días de tu extraña y placentera compañía, a veces creo que me canso un poco de ese juego extraño de ser y no ser.

Veo la televisión sólo para pasar el tiempo en lo que llegas a tocar el timbre, cuando esto ocurre trato de mantener la calma pero mi corazón se acelera inesperadamente, tal vez porque la idea de lo que va a pasar hoy suena más tentadora que nunca.

Te recibo con un beso en la mejilla y pasamos a la sala; siguiendo la rutina, platicamos y escuchamos música.

La verdad es demasiado aburrido esto y simplemente te beso para convencerte de que vayamos al cuarto; dentro de la habitación que tantas veces nos ha visto antes, nos besamos hasta quedar desnudos por completo.

Mientras me recorres completamente, la idea vuela alrededor de mi cabeza, para tratar de disiparla te beso de nuevo y me preparo para que me penetres como te gusta hacerlo. Entras en mí una y otra vez, y el placer de ambos crece indescriptiblemente.

Sigo pensando en lo que voy a hacer hasta que llega el primer orgasmo, me rindo a la pasión que nos envuelve y te digo que me dejes montarte; en esta nueva posición nos entregamos aun más el uno al otro.

La decisión está tomada. Cuando estás a punto de terminar, sujeto el cuchillo que coloqué en el suelo y lo entierro en tu pecho, tan profundo que la sangre que brota de ti me baña. La expresión de desconcierto de tu cara es muy placentera, tanto que me invita a besarte otra vez.

Después de terminar, al ver tu imagen me levanto, limpio mi cuerpo y me alejo de aquel lugar esperando que algún día encuentren tu cuerpo, ojala lo hagan.

jueves, 11 de junio de 2009

Otra vez y como siempre.. (3)

Después de corroborar que efectivamente se había ido, o al menos que ya no intervendría más, sólo pude decir:

- ya no soporto a esa estúpida voz impertinente, ¿porqué no simplemente se larga y ya?

Curiosamente llegó a mi menta una idea extraña, si está tan cerca de mi como dice y me conoce más que yo misma… debo de hacer algo que no se espere, algo que jamás pensaría que puedo hacer… dice que soy cobarde, entonces debo demostrarle que no lo soy…

- es mejor que duerma, por hoy a sido demasiado…

Después de dormir y relajarme, y tomando en cuenta que ese era mi día de descanso, me levanté tranquilamente y en el momento que me dirigía a la cocina, caí en cuenta de lo que durante un tiempo ha dicho la voz: ¡es suficiente!, esa exigencia que no había entiendo debe ser de importancia como para que en diversas ocasiones comenzara su diálogo con ella…

Lo medité unos minutos y casualmente comprendí lo que ese reclamo significaba, ¡claro! siempre fue tan obvio…

En la noche, llegado el momento de todos los días, dije:

- he comprendido a lo que te referías…

- ¿ya?, ¡por fin!... y ¿qué significa según tú?

Me quede en completo silencio, con la mirada perdida, y mientras observaba el hermoso horizonte coloqué el arma en mi cabeza y disparé...

a tiempo...



Tu imagen está en mi mente, ahora como todos los días.

Los detalles de la última noche que estuvimos juntos aun forman parte importante de mis recuerdos.

Me pierdo cuando revivo cada instante, siento de nuevo tu respiración junto a la mía, siento que tus caricias regresan nuevamente.

Aun con los ojos abiertos veo cómo te acercas a mí una y otra vez, en cada acercamiento el deseo aumenta.

Confirmo que tu cuerpo junto al mío es significado de peligrosidad y pasión.

Mientras los recuerdos me consumen y me aferro a seguir en ellos, suena mi teléfono con un mensaje nuevo: “En cinco minutos llego a tu casa…”

Con una sonrisa dibujada en mi rostro coloco el teléfono en su lugar y pienso “llegas, justo a tiempo”…

lunes, 8 de junio de 2009

Otra vez y como siempre... (2)

Cansada por la fatiga que me llevé en todas mis actividades y con la consabida discusión, me dirigí a la cama a intentar descansar un poco, claro lo que pudiera tomando en cuenta que eran las 3 a.m. y debía levantarme a las 6 a.m.…

Durante el intranquilo sueño, no dejé de pensar en lo último que había pasado con la voz extraña que no me dejaba en paz; más por la impaciencia que por la ganas, me levante a las 5 a.m., con un cansancio terrible y harta de que la voz no dejara de pasearse en mis sueños.

Después de caminar un poco por la habitación, fui a la cocina por un buen vaso de leche, esa bebida refrescante que tantas otras veces me ha ayudado a relajarme un poco, lástima que esta vez el sentimiento que me llenaba no se resarcía con ella, esta vez fue un trago amargo que no me agradó en lo absoluto.

Camino al trabajo, sólo pensaba en el diálogo que me esperaba en la noche: otra discusión sin final que se terminaría hasta que la voz se cansara de escuchar mis súplicas, de que ella se burlara de mi completa falta de valor para correrla de mi lado; con este pensamiento en mente estuve todo el día…

Por fin, a las 10 de la noche, pude ir a mi casa con la vaga intención de dormir y descansar para el día siguiente enfrentarme con la rutina diaria. En esta ocasión, la voz llegó desde que crucé la puerta del departamento…


- hola, ya era tiempo de que llegaras…

- si, supongo que me esperabas con ansia, otra vez para fastidiar…

- ¿cómo puedes ser tan cruel?, yo no fastidio, sólo te acompaño en tu aburrida y patética vida

- compañía que nunca he pedido, por si no lo recuerdas...

- pero que añoras… ¿o acaso me vas a negar que durante el día piensas en mi?, ¿vas a negar que aunque quieras evadirme y te tardes horas de más en el trabajo, siempre llegas aquí con ganas de escucharme de nuevo?

- ¿ganas de escucharte de nuevo?, ¿para que demonios querría escucharte de nuevo?, ¡lo único que quiero es que me dejes en paz!

- si, eso ya me lo has dicho varias veces, y ¿cuál es mi respuesta a eso? ¡No!, ¡no te voy a dejar hasta que yo quiera hacerlo!

- creo que entonces te quedarás hablando a solas, porque ya no pienso soportarte ni un poco más…

Dicho esto, me recosté en un sillón, cerré los ojos simulando descansar y me dediqué a contener las ganas de contestarle a todo lo que me decía, que era bastante…

Después de un tiempo en que efectivamente ignoré lo que pasaba a mi alrededor, me gritó con todas sus fuerzas:

- ¡no me ignores!, ¡te estoy hablando!... finge todo lo que quieras, sé que me escuchas y sé que soy todo lo que siempre has querido, soy la representación de lo que tú quieres ser, lástima que seas tan cobarde como para intentarlo…

Este último comentario tuvo el efecto que quería, no pude contenerme…

- ¿representación de lo que quiero? ¿Tú? ¿La molestia más grande que existe en mi mundo? ¿Cómo puedes si quiera pensar eso?

- justo como lo pensé… no soportas que hiera tu ego… ¡maldito orgullo que no dejas en paz! Te he dicho infinidad de veces que tienes que calmar tu estúpido ego…

- ¡cállate! Tú no puedes hablarme así ¿qué maldito derecho tienes a hacerlo? Sigues aquí sólo porque no he encontrado la forma de hacer que te vayas, pero eso no durará mucho, ¡así que cállate!

- siempre tratando de alejarme… ya tendrías que haberte dado cuenta de que nuca me voy a ir, ¡maldita sea! ¿cuántas veces tengo que decírtelo?

No atiné a dar una respuesta en ese momento, tal vez se dio cuenta de que estaba un poco perdida…

- bueno, al parecer esta discusión terminó aquí, y como siempre: yo gano… hasta mañana, descansa…

jueves, 4 de junio de 2009

Otra vez y como siempre... (1)

Hoy, como todos los días, llega la discusión habitual con… no lo sé, aun no estoy segura. Como siempre, se presenta con un grito un tanto lastimero y confuso, pero al menos esta vez logré entender lo que me decía.

- ¡es suficiente!

- ¿suficiente?, ¿qué es suficiente?, después de todo lo que ha pasado ¿a qué te refieres? Explícame.

- tú sabes de lo que hablo, no finjas más...

- te juro que no lo sé, dímelo.

- no tengo que decírtelo, ya lo sabes

-ya te dije que no lo sé, además llevamos mucho tiempo en este juego sin sentido, ya me está cansando…

- ¿sin sentido?, ¿qué te hace pensar que no tiene sentido?, si no lo entiendes no es mi problema, nos quedaremos en este juego hasta que logres entenderlo…

- ¡pero no quiero!, tú eres quien debería entender que no te quiero, no te necesito aquí, ¡quiero que te largues en este momento!

Hubo un instante de silencio, tal vez se quedó pensando en lo que acababa de decirle; para mí ese instante fue de tranquilidad, una que hace tiempo no vivía desde que estas discusiones comenzaron.

-¿en serio quieres que me vaya?, piénsalo, hasta cierto punto te conviene que esté aquí, después de todo soy la única compañía que siempre está contigo… la única que verdaderamente está contigo…

-¿la única?, ¿cómo puedes asegurar eso?, ni siquiera estás todo el día, la mayor parte del tiempo estoy sola… eso es lo que deberías saber, deberías saber y no inventar…

-¿inventar?, ¿quién inventa?, tal vez tú lo hagas, no yo…

-si claro, ¿y qué más?, vamos dime todo lo que quieras, ya no importa…

-¿segura que no importa?, sé que te importa más que a mí lo que te diga yo y lo que digan los demás, aunque lo niegues, te repito que yo estoy siempre contigo, te conozco mejor que nadie…

- si me conoces tanto como presumes, deberías saber que ni siquiera yo me conozco del todo, así que a mí no me vengas con esas estupideces. Es más, lárgate de una vez, ya no pienso soportarte…

- ¡que ilusa eres!, no me voy a ir porqué tú me lo ordenes, lo voy a hacer cuando yo quiera… y por el momento no quiero hacerlo… ¿entonces que piensas hacer?


Una duda me invadio: ¿cómo demonios iba a lograr que se fuera si no tenía la más mínima intención de hacerlo? Un plan debía de ocurrírseme, y tenía que ser pronto…

- te veo un poco agobiada... me iré por hoy, creo que tienes muchas cosas que pensar…

- gracias, que amable eres, no esperaba menos de ti…

Y con una sonrisa arrogante se marchó, por hoy, como bien lo dijo. Seguramente mañana será lo mismo, a menos que para ese momento tenga algún plan en mente…

lunes, 1 de junio de 2009

......

palabras que me mantienen aprisionada entre lo que debo y no debo decir....

incertidumbre que llena cada vez más mi vida....

ansiedad por finalmente lograr ser yo misma....

imparcialidad hacia las cosas importantes....

impaciencia por desaprovechar las oportunidades....

ganas de seguir estancada en el mismo lugar....

insistencia en continuar sintiendo dolor....

necedad de no aceptar la ayuda a mi alcance....

posibilidad de ignorar la realidad y prolongar la salvación necesaria.....