sábado, 26 de diciembre de 2009

Ilusiones Ópticas





Esto posiblemente no tenga nada que ver con el blog, pero este tipo de imágenes me gustan mucho, y las presentes no son la excepción.

martes, 10 de noviembre de 2009

¿Simple?

Intranquilidad y duda...

Alguna vez me dijiste que el pasado se debe quedar atrás... déjalo...

Miedo e incertidumbre...

El miedo se afronta, es la única forma de superarlo...

Recuerdos y lágrimas...

¿Porqué llorar por los recuerdos? Mejor simplemente recordar lo bueno...

Amor y añoranza...

Ama, añora lo que está lejano y disfrútalo cuando ha regresado a tí...

lunes, 19 de octubre de 2009

¡Ya!

Sin un lugar fijo a donde ir.

Con la esperanza de que las cosas iban a mejorar.

Con la insistencia de que lo interno está bien y lo externo mal.

No reproches.

No inquietudes.

No preguntas.

Nada más.



Una duda.

Un destello en el interior.

Una luz emergente.

Una esperanza alrededor.


Calma.

Quietud.

¿Cuándo llega el movimiento?

Simple, cuando lo busques tú.


Ahora es el tiempo.

La quietud ha quedado atrás.

El movimiento dio el primer paso.

El siguiente lo das tú.

...

jueves, 1 de octubre de 2009

Shhh...

Calla...

Simplemente quédate en silencio...

No turbes con palabras este momento...

Siente cada uno de los calofríos que te recorren levemente...

No pienses en nada más...

Relájate...

Disfruta...

Siente...

Goza...

Toma lo que te pertenece...

Márchate en silencio...
.....
.....
...
..
.

martes, 15 de septiembre de 2009

No...


Simplemente dormido a mi lado,

con la respiración tranquila y quieta,

reposando en los sueños el cansancio del día.

Levemente me acerco a tu cuerpo desnudo,

abrazo tu espalda y te reacomodas junto a mí.

Siento tu cuerpo y duermo,

respiro tu aroma y sueño,

tomo tu mano y no importa nada.

Suena el despertador,

nos aferramos el uno al otro,

beso lentamente tu espalda.

Despertamos,

nos besamos

y el sueño no termina...

martes, 25 de agosto de 2009

Entre sueños

Desabotonas mi blusa lentamente, al mismo tiempo pero algunos instantes después, cae tu camisa de su sitio; la ropa de ambos queda en el suelo y nos entregamos a la pasión.

Aún medio dormida veo las imágenes entre cortadas de nuestro encuentro. Para mi desgracia, me doy cuenta una vez más de que estoy sola, no dejo que esto me abata, y con los ojos cerrados recuerdo mi sueño hasta llegar al orgasmo.

Llego al trabajo y sólo te busco con la mirada, al verte, simplemente, recuerdo.

Un deseo constante es el que me inunda, unas ganas enormes de tenerte en mis brazos, de ser tuya una y otra vez, de que seas solamente mío.
Lástima que ni siquiera sabes de mi existencia.

Con unas pocas lágrimas en los ojos trato de pensar en lo que me gustaría que fuera, al menos creo que me gustaría; después de todo no hay mejor partido para mí que tú.

Quisiera que tan solo voltearas a verme, que supieras de mí. Si pudiera hacer algo te juro que lo haría.

La noche pensando en el día siguiente fue interminable, apenas dos horas de sueño pude tener, pero por fin la decisión está en mi cabeza, hoy será el día.

Entras a tu oficina sin mirar a nadie, mis ojos te siguen vigilantes hasta que cierras la puerta.

Silenciosamente sigo tus pasos y entro a donde te encuentras

-Buenos días jefe, desde hace tiempo estoy enamorada de usted.

Disparo a mi cabeza con el arma que nunca creí usar.

Te quedas atónito y sin saber que hacer.

¡Lo conseguí, me viste, te fijaste en mí... ya sabes quién soy!

lunes, 24 de agosto de 2009

"La Despedida"

Este es un pequeño fragmento de un capitulo del libro "La Despedida" de Milan Kundera. Desde que lo comenzé a leer me atrapó, cuando llegué al final de esta parte comprendí por qué.

Ruzena ve las varices en sus muslos. Cuando se inclinó sobre ella, advirtió que sus cabellos canos y ondulados eran escasos y que por debajo se veía la piel.

Sí, Berlef era un cincuentón, un poco barrigudo incluso, pero a Ruzena no le importa. Al contrario, su edad ilumina con radiante luz la juventud de ella, hasta ahora gris e inexpresiva, de modo que se siente llena de vida, siente que está al comienzo mismo de su camino.

En su presencia, descubre de pronto que aún será joven durante mucho tiempo, que no tiene por qué darse prisa ni temer el tiempo. Berlef vuelve a sentarse junto a ella, la acaricia y ella tiene la sensación de que, no sólo está escondida en el tranquilizador roce de sus dedos, sino que también en el consolador regazo de sus años.

Y luego, de repente se pierde, atraviesan por su cabeza las confusas imágenes del primer intento de sueño. Vuelve a despertarse y le parece que toda la habitación está inundada por una extraña luz azul. ¿Qué extraña radiación es esa que nunca ha visto? ¿Acaso ha descendido la luna hasta aquí, envuelta en un manto azulado? ¿O sueña con los ojos abiertos?

Berlef le sonríe, y sigue acariciándole la cara.

Y ella cierra ahora ya definitivamente los ojos llevada por el sueño.

martes, 18 de agosto de 2009

Adiós

Hoy me despido de ti.

Finalmente tomo la decisión de dejarte ir, de liberarme de ti.

Gracias por todo: tiempo, paciencia, alegría, atención, sinceridad y cariño.

El tiempo que compartimos fue gratificante, como hace mucho no había vivido.

Si algo tienes que reclamarme es simplemente el hecho de que me despida ahora; pero jamás podrás decir nada de que siga con mi vida.

Continúa viviendo, no te fijes en un hecho, que yo, seguiré en lo mío.

viernes, 14 de agosto de 2009

No es tan malo

En el momento en que toco el timbre de tu casa aun tengo dudas sobre lo que estoy haciendo; como siempre, me recibes con una sonrisa que me incita a pensar muchas cosas, tu mirada me recorre como tantas veces antes.

Tus labios me gritan con locura que te bese y los míos me piden que cumpla tu insistente solicitud.

El beso que nos damos como saludo es lento, suave, sublime, tanto que nos permite oler el perfume de nuestros cuerpos cuando estamos juntos.

Después de un pequeño silencio, llega la pregunta obligada -¿cómo estás, que se te ofrece?-, en ese instante hago lo que estuve pensando todo el día: te beso, de forma tan apasionada que casi me quedo sin aliento; tú tienes la misma reacción que yo, pero sólo hay que agregar la sorpresa a tu rostro; después de recuperar el aliento perdido hace un momento, me miras y la lascivia que hay en tus ojos me remiten a la idea de que mi actitud fue la correcta, de que el asombro te va bien y de que mis pensamientos son acertados. Me besas con la misma pasión que yo lo hice, nos entregamos por completo a las sensaciones y dejamos que el tiempo pase mientras nuestras bocas se unen una y otra vez.

Terminado este momento de pasión inesperada para ambos, nuestras miradas se encuentran una vez más como tratando de adivinar lo que piensa el otro, sé lo que piensas: que subamos inmediatamente a tu habitación

Como siempre lo haces me preguntas qué es lo que deseo hacer, y siguiéndote el juego que se repite siempre te contesto -¿qué te parece si vamos a tu cuarto a platicar?-, a sabiendas de lo que pasará después, me respondes como tantas otras veces –claro, si quieres-.

En los breves instantes que pasan mientras nos dirigimos a tu habitación, el silencio reina en nosotros, pero él deja que nuestras mentes imaginen, cada una a su modo, como será el encuentro que está a punto de suceder. Con la caballerosidad característica, abres la puerta y me dejas entrar para cerrar la puerta con seguro después de ti; me subo en tu cama y me siento como siempre, con la mano izquierda te hago la seña para que te acomodes a mi lado, en el instante respondes a mi petición sin dejar de verme a los ojos; -y bien, ¿de qué platicamos?- te pregunté, -de lo que quieras- respondiste, -ok, ¿cómo te fue hoy?- fue la pregunta que inició una charla sin importancia que terminó cuando, al parecer por accidente, colocaste tu mano en mi pierna y comenzaste a subir lentamente; al ver la excitación que te causaba, te besé como antes, el beso duró lo suficiente para permitir que mi mano llegara a tu entrepierna.

Con la respiración de ambos agitada como nunca, nos desprendimos de la ropa prenda por prenda, lentamente para dejar que creciera la excitación; al verte desnudo simplemente vi tu miembro erecto y tú captaste de inmediato la insinuación que de mis ojos brotaba; mientras tomaba tu órgano tu introducías tus dedos en mi; ambos nos entregamos a la excitación y al calor que cada vez subía más en la habitación.

Recorrí tu pecho con mis manos hasta quedar hincada delante de ti para depositar tu virilidad en mi boca, tal y como te gusta que lo haga, escuchar el placer que te producía me incitaba a hacerlo con más fuerza para llevarte al máximo; me tomaste de las manos para llevarme a la cama y después de ponerte encima de mí, me penetraste con tanta fuerza y violencia que solo pude gritar por placer sentido.

Las embestidas que me propinabas una y otra vez me producían un placer cada segundo más grande, mis ojos permanecían cerrados por la fuerza que sentía en mí; el silencio fue buen mensajero de la sensación que me recorría, uno que otro gemido emanaba de mí, éstos te excitaban aun más.

La forma en que repetías mi nombre, con esa voz casi inaudible y seductora, me envolvió en el placer, me sentí cada vez más fuera de mí y sólo gritaba una y otra vez hasta no poder más, hasta sentir que el fuego dentro de mi cuerpo estaba a punto de salir.

Algunos minutos de acción ininterrumpida fueron la comprobación de la compatibilidad con la que contamos en la cama, recorrí tu cuerpo con mis manos, mientras las tuyas se aferraban a mis senos; el movimiento rítmico con el que nos conducíamos incrementaba su intensidad, hasta que con un grito de ambos el éxtasis se hizo presente, y el orgasmo característico nos envolvió a los dos.

Tan cansados que apenas podíamos movernos, así fue como terminamos después de los exhaustivos momentos que acabábamos de vivir; para recuperar fuerzas, dormimos abrasados unos minutos, después de los cuales te dije –es hora de irme, la próxima es en mi casa-, a lo que simplemente respondiste –como prefieras, hasta la próxima-.

Tomé mis cosas y me vestí rápidamente, cerré la puerta de tu cuarto y me dirigí a mi casa; con los recuerdos y tu aroma aun reciente, caminé tratando de imaginar el siguiente encuentro, mientras pensaba profundamente, me tomaste del brazo y dijiste a mi oído -¿porqué no vamos a tu casa ahora, o tienes algo mejor que hacer?-, como respuesta te di mi mano y continuamos el camino, después de todo, el fingir que a veces somos una pareja no es tan malo como pensé.

sábado, 8 de agosto de 2009

¡Gracias!

Por increíble que parezca, la realidad ha superado a la ficción, finalmente los sueños que creí nunca se iban a lograr lo han hecho, aunque pareciera imposible nuestras almas se han conectado al igual que nuestros cuerpos.

Al fin nuestra participación en lo que parecía incoherente ha tenido frutos.

Demos gracias a la paciencia y a la locura que nos caracteriza de que esto haya pasado, agradezcamos a la serenidad con la que vivimos pues nos permitió llegar a este momento.

Dejemos de lado las dudas e incertidumbres, después de todo, si tienen alguna respuesta en algún momento llegará a nosotros.

Pasemos inadvertidos por el mundo, y si en alguna ocasión los demás notan nuestra presencia, no dejemos de lado el lazo que nos une.

Carezcamos de prejuicios y problemas, pues ellos no nos dejan nada, si los necesitamos después, dejemos que aparezcan en ese momento.

Una vez más, gracias por todo, por permitirme estar a tu lado, por estar a lado mío, por devolverme la esperanza en lo que creí perdido, por aceptar compartir tu vida conmigo, por pedirme que comparta mi vida contigo.

jueves, 6 de agosto de 2009

El Nombre de la Rosa


Después de leer algo tan impresionante como "El Nombre de la Rosa", el mundo se ve de diferente color, la perspectiva cambia, la imaginación divaga y las ganas de continuar leyendo son impresionantes.

Lo que escribo no tiene mucho sentido, lo sé, pero este fue uno de los libros que ha sido un verdadero gusto leer, además con esta imagen me acuerdo de él.

miércoles, 5 de agosto de 2009

- Ya no te amo.

- Lo dijiste antes, ¿para qué lo repites ahora?

- Porque antes lo decía para convencerme, ahora lo digo para reafirmarlo; para darme cuenta de que el dolor que me producía el decirlo ya no está, para sentir la satisfacción de lo que creía imposible, para saber que la próxima vez que te vea a los ojos lo haré con un poco de indiferencia, como jamás creí poder hacerlo.

- ¿Así que ahora si es verdad?

- Si.

- Bien, pues adiós, ojala algún día puedas amar a alguien.

- Tal vez lo haga, afortunadamente no serás tú.

martes, 28 de julio de 2009

Ominosa Realidad (2)

El día acordado fue el siguiente miércoles a las cinco de la tarde, y para no involucrar a otros, lo haríamos nosotros mismos; esa decisión fue difícil pero croe que la más apropiada debido a la confidencialidad que pretendíamos guardar.

El prepararme psicológicamente para lo que sucedería enseguida fue la peor parte de todo; confiaba enormemente en ti pero no en tus instintos un tanto asesinos que pude presenciar algunas ocasiones, los cuales no puedes esconder aunque pretendas hacerlo.

Todo el lugar fue preparado como una clínica especializada en ese tipo de operaciones, la sensación de estar en un sueño me invadió lenta y sigilosamente, mientras tú, mi único contacto con la realidad, te preparabas para la cirugía determinate del destino inesperado que se sucitó en ese momento.

Un beso, ese fue el último eslabón en la gran escalera descendente que nos empeñamos tan insistentemente en caminar solos y en la oscuridad; un beso tan diferente a todos los que compartimos antiguamente marcó el inicio del cambio de nuestras vidas; un beso que literalmente fue de muerte.

El proceso estaba a punto de comenzar, pero una duda me invadió enormemente: ¿de verdad lo harías?, te cuestioné, y la seguridad que acompañó tu respuesta me hizo dudar más profundamente.

Antes de que mi consentimiento fuera dado para iniciar la cirugía, introdujiste un instrumento desconocido en mi. no necesité saber su nombre para sentir cómo me desgarraba por dentro. Desde ese instante la agonía comenzó hasta convertirse en un dolor agudo y profundo, tanto como la hemorrágia que lo acompañó.

Con pocas pero decididas fuerzas, tomé un cuchillo casualmente depositado a un costado de la mesa de operaciones, lo encajé en lo más profundo de tu pecho sin dejar de presionar hasta que caíste al suelo, arrastrándome contigo a él.

Con el último impulso de mi cuerpo, casi inerte por la pérdida de sangre, te miré a los ojos con un regocijo jamás experimentado y por primera vez pude decir -eso es lo que te mereces-; tus ojos lanzaron una mirada que no había visto en ti, fue una intersección de súplica y aprobación, una conjunción de terror e ilusión.

Me di cuenta de que nunca pensaste que fuera capaz de hacerte eso, justamente a ti, la persona que me ayudó a cambiar mi vida por completo; que iluso fuiste; no llegaste a comprender que no me conociste como yo a ti, compartimos tantas cosas pero jamás lograste entrar en mi mente, tal vez por eso pensaste en matarme, tal vez creíste que por el amor que sentía iba a dejar que me vencieras, pero te equivocaste fatalmente. Todas esas ideas inundaban mi mente mientras observaba la luz de tus ojos extinguirse, mientras el sentimiento abrazador del amor se iba junto a tu vida.

En el último suspiro que exhalaste pronunciaste las palabras que tantas veces quise escuchar : -te amo-, lástima que llegaron tan tarde. Tras escucharte, lo único que pude hacer fue enterrar aun más el cuchillo hasta sentir que efectivamente habías muerto.

Con la libertad que me proporcionó tu muerte, me recosté en el suelo, en medio del charco de sangre que se encontraba junto a tu cuerpo, y ahí esperé pacientemente a que la poca sangre que aun me quedaba saliera por completo; mientras tanto, abarrotaban mi mente los recuerdos de mi vida junto a ti, y por primera vez pensé en que si todo se hubiera dado de forma diferente, ambos continuaríamos viviendo y tal vez, sólo tal vez, seríamos buenos amigos.

Con esto en mente abandoné el mundo material, un mundo que me demostró con creces que el "hubiera" no existe y que las consecuencias de mis actos se pagan, incluso con la muerte.

sábado, 25 de julio de 2009

Ominosa Realidad (1)

Ahí estabas tú, tan implacable como el día que te conocí, con esa forma de actuar que me atrajo desde el primer momento, hasta que por fin cruzamos palabras en aquel lugar, en el más impensado momento.

Curiosa es la forma en que las situaciones se dan, de forma enmarañada y confusa, tanto como la relación que se empezó a gestar entre nosotros. Mientras los rumores crecían sobre lo que podía estar pasando, tú y yo no dejamos que se inmutara lo nuestro.

¿Lo nuestro?

¿Pero qué era lo nuestro?

Una simple relación cordial que se confundió con algo más, un espejo para escapar de lo que jamás permitimos que pasara, una ilusión dentro de una frágil burbuja llena de esperanzas vacías.

Aquel día pasó lo que ambos deseábamos, la culminación de nuestras esperanzas gestadas a lo largo del tiempo en que nos conocimos, la entrega total a otra persona, la que tal vez jamás pensamos que llegara a suceder.

Indudablemente merecíamos un premio por la forma tan magistral de disimular el pasado bastante reciente ante los demás, aun no logro terminar de entender porqué no lo notaban si en algunas ocasiones era tan obvio; creo que la percepción de las personas a veces no funciona bien del todo.

Fingir que la situación era como siempre lo fue se tornó en algo complicado, afortunadamente soportamos las miradas indiscretas y los recuerdos aflorantes.

Que fácil era reír y hablar igual que siempre lo habíamos hecho, tratando temas que no tenían un interés particular y deshilachando historias que hacían volar nuestra imaginación; definitivamente la inventiva era nuestro fuerte, curiosamente me di cuenta demasiado tarde como para pedirte que inventáramos juntos un nuevo futuro en el que no existiera una relación entre nosotros.

Un beso en la mejilla como cualquier otro, un abrazo de vez en cuando para demostrar que el cariño seguía vigente, una mirada cualquiera, una conversación insignificante y otro beso de despedida, era la rutina casi diaria que llevábamos a cabo como si la hubiéramos ensayado antes.

Con anterioridad había pensado en hablar contigo sobre ciertas situaciones, sobre dudas que se estaban gestando en mi, pero siempre me detuvo la incertidumbre de si tú contestarías a cualquier cosa que te preguntara; ¿qué tal si ya no querías hablar más sobre ese tema?, ¿y si la presión que ejercían sobre ti los recuerdos era lo que hacía que nos mantuviéramos con esa distancia que a veces parecía enorme?

Esa plática se tuvo que aplazar lo suficiente, hasta que me enteré de la noticia más trágica de mi vida: un embarazo. Desde ese momento mi mundo se fue abajo inevitablemente, sentí que la razón me abandonaba y la locura se posaba en mí.

Ese día fue el más misterioso de mi vida, desde que me levanté de la cama tuve la impresión de que algo me marcaría para siempre. Verte de nuevo fue como siempre lo había sido: una mirada discreta para averiguar cómo amanecimos y un saludo cordial y sincero para continuar manteniendo las apariencias.

Después de toda esa parafernalia de cortesías, te dije discretamente -necesito hablar contigo-, el tono y la seriedad con la que hablé llamaron poderosamente tu atención. La plática se llevó a cabo después de terminadas nuestras diferentes actividades, el nerviosismo me invadió por completo y apenas pude decir unas pequeñas palabras que dieron a entender todo lo que pretendía comunicar; tu mirada se clavó en mi como un arma diseñada especialmente para matarme de forma lenta, tus ojos antes llenos de luz y alegría dijeron lo que tu boca no se atrevía; leyendo tus pensamientos te dije -no te preocupes, voy a abortar-, y entonces, sólo por un instante pude ver que tu cara se iluminó diciéndome -haces lo correcto-. Probablemente hasta ese momento te diste cuenta de que te conocía más de lo que pensabas.

Después de la discusión obligada sobre cómo y cuándo se llevaría a cabo el acontecimiento decisivo en nuestras vidas, decidimos ir a un lugar más privado para hablar de esos asuntos.

jueves, 23 de julio de 2009

Así de simple

El ser tan impredecible que eres,

la forma de hablar que me atrapa,

la mirada en la que me pierdo,

el aroma que me llena,

la sonrisa que no me canso de ver,

las manos que no dejo de estrechar,

la boca que dejar de besar no puedo,

el pecho en el que siempre me recuesto,

los brazos cálidos que me abrazan,

la pasión que me contagias,

el humor que me aprisiona,

la inestabilidad que te acompaña...

¡maldita sea!...

eres justo lo que buscaba...

domingo, 19 de julio de 2009

Soñar

Ayer soñé de nuevo contigo. A diferencia de los otros días, este sueño fue tranquilo, un poco coherente, no tan alejado de la realidad, casi como si estuviera despierta.

No hubo una trama ni nada parecido, simplemente llegaste y llevamos a cabo la rutina como siempre lo hacemos; compartimos momentos, experiencias y palabras.

La cotidianeidad de las actividades me hizo creer que realmente estaba despierta, tanto que llegué a preguntarme: ¿pero si estaba en mi casa, cómo llegué aquí? Decidí no hacer caso a las dudas que me rondaban y disfruté la vivencia.

Después de cenar platicamos un rato en mi cuarto, escuchamos música e hicimos el amor; todo normal. Definitivamente eso era demasiado real.

Dormimos abrazados, me perdí por completo en el sueño. Cuando abrí de nuevo los ojos noté que no estaba ni contigo, ni en mi casa... ¿dónde estaba?

Con sobresalto vi lo que me rodeaba y noté que parecía el interior de una celda; eso si que debía ser un sueño... lamentablemente no lo era.

Al ver a mi compañera de celda recordé lo que había pasado: en un arranque de furia fui a tu casa a reclamar el que me engañaras, en medio de la discusión sin más te maté, no quise hacerlo pero lo hice, ni siquiera intenté escapar, la policía me encontró junto a tu cuerpo, declaré mi culpabilidad y me sentenciaron a varios años en prisión.

Completamente abatida por la tristeza me senté en la orilla de mi nueva cama, por la pequeña ventana de la celda vi la hermosa luna de esa noche, tal como nos gustaba a ambos. Con lágrimas en los ojos me dí cuenta de que aun te amo, de que no sé porqué lo hice y de que este sueño se va a repetir una y otra y otra vez, no sé hasta cuando...

viernes, 17 de julio de 2009

Aquí

Aquí estoy de nuevo.

Recordando lo que creí haber olvidado hace tiempo.

Haciendo añicos los pocos recuerdos del pasado que aun conservaba intactos.

Tratando de vivir cerca de la coherencia que hace tiempo se alejó un poco.

Obstaculizando el progreso al que sé que puedo llegar.

Armando castillos en el aire mientras la vida cae ante mis pies.

Socorriendo a otros para evitar ayudarme.

Presentándome y escondiéndome al mismo tiempo.

Ocultando las ideas retorcidas que surgen a cada instante.

Amparándome en el anonimato para moverme por el mundo.

Sosteniéndome de los delgados hilos de la fantasía.

Aferrándome a la inconclusa realidad de la vida.

jueves, 16 de julio de 2009

Ahh...

Posees la llave que abre por completo mi ser a ti.

Tienes la capacidad enorme de llevarme hasta donde tú quieres.

Comprendes mis movimientos y los controlas.

Captas mis ideas aunque sean indirectas.

Sabes qué y cuándo hacerlo.

Logras lo que nadie ha logrado jamás.

Me rindo por completo ante ti.

Increíblemente lo lograste...

Lástima que no te diste cuenta a tiempo, realmente una lástima.

lunes, 13 de julio de 2009

Despertar


Siento tu aliento en mi espalda, de repente recuerdo que estás conmigo, que hoy también dormimos juntos.

Muevo mis hombros para acomodarme y me dispongo a dormir de nuevo. Tu mano abraza mi cintura y juntamos nuestros cuerpos. Otra vez dormimos.

Una hora más tarde despierto, seguimos en la misma posición. Nuestras manos comienzan a moverse, nos acariciamos mutuamente.

Mi piel se eriza al contacto de tus manos. Tu respiración se agita, mi corazón va al ritmo del tuyo. Besas mis hombros, toco tus piernas; besas mi espalda, mis pies recorren tus piernas; acaricias mi pierna, junto aun más mi cuerpo al tuyo.

Te pido que lo hagas, entras en mí. Comenzamos a movernos al mismo ritmo. Emitimos sonidos de placer, nos envolvemos en nuestro calor.

Cambiamos de postura en varias ocasiones. No besamos y abrazamos hasta terminar. Llegamos a un orgasmo inmenso, que llena a ambos.

Nos miramos. Me recuesto en tu pecho, jugueteas con mi cabello. Casi sin querer nos dormimos nuevamente. Quizá cuando despertemos lo hagamos otra vez.

domingo, 12 de julio de 2009

Asi


Llegas...

Iluminas el lugar...

Dices palabras sin sentido aparente...

Te plantas como siempre...

Tomas la iniciativa...

Decides...

Me llevas a la habitación...

Juegas con mi cuerpo...

Entras en mí...

Me tomas...

Disfrutas...

Terminas...

Te vas...

Y quedo lista para la próxima...

Te espero...

sábado, 11 de julio de 2009

Tardanza

Hoy también, al despertar, Ana recordaba con anhelo a Carlos, el aroma que él dejaba en su cuerpo era indescriptiblemente seductor, tanto que la mantenía por unos minutos estática al pie de la cama.

Mágicamente, la realidad volvía a ella para que comenzara sus actividades diarias, todo con tal de llegar a tiempo a su casa para recibirlo como habían quedado.

En el trabajo, con los amigos, en la calle, en cualquier parte, su concentración se perdía por un momento, sólo para pensar en él, para añorarlo.

Llegó corriendo a su casa, comió lo primero que encontró en el refrigerador y tomó un baño rápido; dedicó bastante a su arreglo personal pero al final de la larga jornada lucía hermosa, lista para recibir a su amado.

Una hora, hora y media, Carlos no llegaba, ni siquiera un mensaje para avisarle que iba a llegar tarde.

Ana comenzó a preocuparse, ¿qué tal si le había pasado algo?, trató de alejar esos pensamientos de su mente, pero la duda era muy grande como para alejarse por completo.

Tres horas.

Seguramente algo había pasado.

Se dirigió al teléfono, notó que por la prisa con la que llegó no vio que tenía un mensaje en la contestadora:

"Hola, perdón por avisarte así pero quise esperar a que no estuvieras en casa para llamar... eh... no sé cómo decir esto... creo que lo nuestro ha ido demasiado lejos, me parece que te estás enamorando y la verdad me estoy cansando un poco de esto... he decidido que es mejor dejarlo hasta aquí... perdón y gracias por todo... por favor no me vuelvas a buscar... adiós"

Con lágrimas en los ojos fue a su habitación y se recostó en la cama para respirar su aroma por un momento, sólo un momento antes de intentar dormir, justo como en los días en que él se quedaba a dormir con su esposa.

viernes, 10 de julio de 2009

Una vez más lo hiciste... ¡felicidades!... lo lograste de nuevo...

¡maldita sea! ¿porqué no sólo cierras tu gran boca y nos quitamos de problemas?

¿cuál es tu estúpida necesidad de fastidiar a todos?

sería mucho más fácil que simplemente murieras... ojalá lo hagas pronto... ya es tiempo de que lo hagas...

ojalá...

...

...

en la próxima ocasión tal vez te ayude...

mmm....

si, tal vez lo haga...

sería tan agradable...

no tienes idea de cuánto............

miércoles, 8 de julio de 2009

¡A jugar!

De nuevo estás aquí, conmigo, compartiendo momentos tan pequeños que parecen inmensos...

Es tan reconfortante que lo hagas, que vengas a mi cuando quiero que vengas, que te vayas cuando te lo pido, que a pesar de tus deseos, hagas lo que yo quiero; que te disculpes por mis errores, que hagas todo por mi...

La cercanía se ha perdido un poco, pero no te preocupes, en cuanto te vea otra vez, el juego comenzará como antes, justo como te gusta jugar: a que ganas mientras te dejo ganar, a que pierdo para que la manipulación no sea tan obvia...

¿Listo?

Continuemos...

martes, 7 de julio de 2009

Ahora si...

Meditabunda intentaba seguir con sus ocupaciones mientras el pensamiento de su vida con él llegaba nuevamente a ella.

- Esta vez será diferente...

A esta idea se aferraba su mente en cada una de las repetidas ocasiones en que trataba de convencerse de que era lo mejor para ambos.

Pensaba en que la decisión que acababa de tomar era la correcta: dejar el pasado en su lugar y continuar con lo que en el presente vivía.

- Si, así debe de ser.

Después de estas palabras, terminó de escribir lo que había tardado tanto tiempo en hacer y fue directo a su casa a informarle su decisión.

- Quiero que hoy mismo se termine nuestra relación; no puedo seguir con esto, antes de que iniciáramos te dije que no quería que llegaramos al punto en que nos encontramos ahora.

Él la miró un poco sorprendido y se limitó a decir:

- ¿Seguir con qué?, creí que "nuestra relación" se había terminado desde aquella pelea, yo sólo sigo contigo porque tú lo pediste, pero no recuerdo que hayamos reanudado nada...

Ella permaneció atónita ante él, jamás pensó escuchar eso. Con indicios de lágrimas en los ojos se alejó de su lado y se refugió en la cocina.

Al ver la aflicción en sus ojos, él la siguió para intentar consolarla.

- Jamás hubiera adivinado que pensabas eso, creí que aun había amor entre nosotros.

- Aun te quiero mucho, por eso estoy aquí...

- Según lo que dijiste hace en momento, sigues aquí porque yo te lo pedí, ¿no?

- Si, eso tiene algo que ver, pero la mayor razón es porque te quiero...

- Creo que eso me alivia un poco...

- Claro, cuando te lo digo siempre te calmas...

- Abrazame... no me dejes...

Con fuerza la tomó entre sus brazos, se quedaron así por largo tiempo y dejaron atrás el pasado, el reciente pasado, tal como ella quería...

domingo, 5 de julio de 2009

¿Otra vez?

Ahhh....

De nuevo la discusión se ha repetido....

Quieres saber quién soy...

¿Pero quién eres tú para preguntar eso?

Hemos compartido tanto tiempo, tantas cosas...

Quizá debiste preguntar eso antes...

Ahora es un poco tarde...

Ya te he dicho que algún día lo sabrás, claro, cuando yo quiera que lo sepas...

La pregunta es: ¿después de que te lo diga, querrás seguir a mi lado?

Posiblemente la respuesta sea afirmativa...

Después de todo, como bien lo dijiste en alguna ocasión, somos iguales...

Por ello continuamos juntos...

Tal vez por eso el tiempo pasa y no terminamos nuestro juego...

martes, 30 de junio de 2009

Intensos sentimientos e asco y cansancio que interfluyen dentro de una persona,
pertinencia para comentar que nunca llega,
diálogos monopolizados con sentido intermitente,
palabras lanzadas con la mayor brusquedad posible,
comprensión reducida con a su más mínima expresión,
apariencias consumidoras de energía que fatigan interminablemente,
miseria cada vez más cercana al medio exterior,
tardanza justificada con un desempeño mejor...

Espero...

Te espero una vez más en mi casa para disfrutar como todos esos días de tu extraña y placentera compañía, a veces creo que me canso un poco de ese juego extraño de ser y no ser.

Veo la televisión sólo para pasar el tiempo en lo que llegas a tocar el timbre, cuando esto ocurre trato de mantener la calma pero mi corazón se acelera inesperadamente, tal vez porque la idea de lo que va a pasar hoy suena más tentadora que nunca.

Te recibo con un beso en la mejilla y pasamos a la sala; siguiendo la rutina, platicamos y escuchamos música.

La verdad es demasiado aburrido esto y simplemente te beso para convencerte de que vayamos al cuarto; dentro de la habitación que tantas veces nos ha visto antes, nos besamos hasta quedar desnudos por completo.

Mientras me recorres completamente, la idea vuela alrededor de mi cabeza, para tratar de disiparla te beso de nuevo y me preparo para que me penetres como te gusta hacerlo. Entras en mí una y otra vez, y el placer de ambos crece indescriptiblemente.

Sigo pensando en lo que voy a hacer hasta que llega el primer orgasmo, me rindo a la pasión que nos envuelve y te digo que me dejes montarte; en esta nueva posición nos entregamos aun más el uno al otro.

La decisión está tomada. Cuando estás a punto de terminar, sujeto el cuchillo que coloqué en el suelo y lo entierro en tu pecho, tan profundo que la sangre que brota de ti me baña. La expresión de desconcierto de tu cara es muy placentera, tanto que me invita a besarte otra vez.

Después de terminar, al ver tu imagen me levanto, limpio mi cuerpo y me alejo de aquel lugar esperando que algún día encuentren tu cuerpo, ojala lo hagan.

jueves, 11 de junio de 2009

Otra vez y como siempre.. (3)

Después de corroborar que efectivamente se había ido, o al menos que ya no intervendría más, sólo pude decir:

- ya no soporto a esa estúpida voz impertinente, ¿porqué no simplemente se larga y ya?

Curiosamente llegó a mi menta una idea extraña, si está tan cerca de mi como dice y me conoce más que yo misma… debo de hacer algo que no se espere, algo que jamás pensaría que puedo hacer… dice que soy cobarde, entonces debo demostrarle que no lo soy…

- es mejor que duerma, por hoy a sido demasiado…

Después de dormir y relajarme, y tomando en cuenta que ese era mi día de descanso, me levanté tranquilamente y en el momento que me dirigía a la cocina, caí en cuenta de lo que durante un tiempo ha dicho la voz: ¡es suficiente!, esa exigencia que no había entiendo debe ser de importancia como para que en diversas ocasiones comenzara su diálogo con ella…

Lo medité unos minutos y casualmente comprendí lo que ese reclamo significaba, ¡claro! siempre fue tan obvio…

En la noche, llegado el momento de todos los días, dije:

- he comprendido a lo que te referías…

- ¿ya?, ¡por fin!... y ¿qué significa según tú?

Me quede en completo silencio, con la mirada perdida, y mientras observaba el hermoso horizonte coloqué el arma en mi cabeza y disparé...

a tiempo...



Tu imagen está en mi mente, ahora como todos los días.

Los detalles de la última noche que estuvimos juntos aun forman parte importante de mis recuerdos.

Me pierdo cuando revivo cada instante, siento de nuevo tu respiración junto a la mía, siento que tus caricias regresan nuevamente.

Aun con los ojos abiertos veo cómo te acercas a mí una y otra vez, en cada acercamiento el deseo aumenta.

Confirmo que tu cuerpo junto al mío es significado de peligrosidad y pasión.

Mientras los recuerdos me consumen y me aferro a seguir en ellos, suena mi teléfono con un mensaje nuevo: “En cinco minutos llego a tu casa…”

Con una sonrisa dibujada en mi rostro coloco el teléfono en su lugar y pienso “llegas, justo a tiempo”…

lunes, 8 de junio de 2009

Otra vez y como siempre... (2)

Cansada por la fatiga que me llevé en todas mis actividades y con la consabida discusión, me dirigí a la cama a intentar descansar un poco, claro lo que pudiera tomando en cuenta que eran las 3 a.m. y debía levantarme a las 6 a.m.…

Durante el intranquilo sueño, no dejé de pensar en lo último que había pasado con la voz extraña que no me dejaba en paz; más por la impaciencia que por la ganas, me levante a las 5 a.m., con un cansancio terrible y harta de que la voz no dejara de pasearse en mis sueños.

Después de caminar un poco por la habitación, fui a la cocina por un buen vaso de leche, esa bebida refrescante que tantas otras veces me ha ayudado a relajarme un poco, lástima que esta vez el sentimiento que me llenaba no se resarcía con ella, esta vez fue un trago amargo que no me agradó en lo absoluto.

Camino al trabajo, sólo pensaba en el diálogo que me esperaba en la noche: otra discusión sin final que se terminaría hasta que la voz se cansara de escuchar mis súplicas, de que ella se burlara de mi completa falta de valor para correrla de mi lado; con este pensamiento en mente estuve todo el día…

Por fin, a las 10 de la noche, pude ir a mi casa con la vaga intención de dormir y descansar para el día siguiente enfrentarme con la rutina diaria. En esta ocasión, la voz llegó desde que crucé la puerta del departamento…


- hola, ya era tiempo de que llegaras…

- si, supongo que me esperabas con ansia, otra vez para fastidiar…

- ¿cómo puedes ser tan cruel?, yo no fastidio, sólo te acompaño en tu aburrida y patética vida

- compañía que nunca he pedido, por si no lo recuerdas...

- pero que añoras… ¿o acaso me vas a negar que durante el día piensas en mi?, ¿vas a negar que aunque quieras evadirme y te tardes horas de más en el trabajo, siempre llegas aquí con ganas de escucharme de nuevo?

- ¿ganas de escucharte de nuevo?, ¿para que demonios querría escucharte de nuevo?, ¡lo único que quiero es que me dejes en paz!

- si, eso ya me lo has dicho varias veces, y ¿cuál es mi respuesta a eso? ¡No!, ¡no te voy a dejar hasta que yo quiera hacerlo!

- creo que entonces te quedarás hablando a solas, porque ya no pienso soportarte ni un poco más…

Dicho esto, me recosté en un sillón, cerré los ojos simulando descansar y me dediqué a contener las ganas de contestarle a todo lo que me decía, que era bastante…

Después de un tiempo en que efectivamente ignoré lo que pasaba a mi alrededor, me gritó con todas sus fuerzas:

- ¡no me ignores!, ¡te estoy hablando!... finge todo lo que quieras, sé que me escuchas y sé que soy todo lo que siempre has querido, soy la representación de lo que tú quieres ser, lástima que seas tan cobarde como para intentarlo…

Este último comentario tuvo el efecto que quería, no pude contenerme…

- ¿representación de lo que quiero? ¿Tú? ¿La molestia más grande que existe en mi mundo? ¿Cómo puedes si quiera pensar eso?

- justo como lo pensé… no soportas que hiera tu ego… ¡maldito orgullo que no dejas en paz! Te he dicho infinidad de veces que tienes que calmar tu estúpido ego…

- ¡cállate! Tú no puedes hablarme así ¿qué maldito derecho tienes a hacerlo? Sigues aquí sólo porque no he encontrado la forma de hacer que te vayas, pero eso no durará mucho, ¡así que cállate!

- siempre tratando de alejarme… ya tendrías que haberte dado cuenta de que nuca me voy a ir, ¡maldita sea! ¿cuántas veces tengo que decírtelo?

No atiné a dar una respuesta en ese momento, tal vez se dio cuenta de que estaba un poco perdida…

- bueno, al parecer esta discusión terminó aquí, y como siempre: yo gano… hasta mañana, descansa…

jueves, 4 de junio de 2009

Otra vez y como siempre... (1)

Hoy, como todos los días, llega la discusión habitual con… no lo sé, aun no estoy segura. Como siempre, se presenta con un grito un tanto lastimero y confuso, pero al menos esta vez logré entender lo que me decía.

- ¡es suficiente!

- ¿suficiente?, ¿qué es suficiente?, después de todo lo que ha pasado ¿a qué te refieres? Explícame.

- tú sabes de lo que hablo, no finjas más...

- te juro que no lo sé, dímelo.

- no tengo que decírtelo, ya lo sabes

-ya te dije que no lo sé, además llevamos mucho tiempo en este juego sin sentido, ya me está cansando…

- ¿sin sentido?, ¿qué te hace pensar que no tiene sentido?, si no lo entiendes no es mi problema, nos quedaremos en este juego hasta que logres entenderlo…

- ¡pero no quiero!, tú eres quien debería entender que no te quiero, no te necesito aquí, ¡quiero que te largues en este momento!

Hubo un instante de silencio, tal vez se quedó pensando en lo que acababa de decirle; para mí ese instante fue de tranquilidad, una que hace tiempo no vivía desde que estas discusiones comenzaron.

-¿en serio quieres que me vaya?, piénsalo, hasta cierto punto te conviene que esté aquí, después de todo soy la única compañía que siempre está contigo… la única que verdaderamente está contigo…

-¿la única?, ¿cómo puedes asegurar eso?, ni siquiera estás todo el día, la mayor parte del tiempo estoy sola… eso es lo que deberías saber, deberías saber y no inventar…

-¿inventar?, ¿quién inventa?, tal vez tú lo hagas, no yo…

-si claro, ¿y qué más?, vamos dime todo lo que quieras, ya no importa…

-¿segura que no importa?, sé que te importa más que a mí lo que te diga yo y lo que digan los demás, aunque lo niegues, te repito que yo estoy siempre contigo, te conozco mejor que nadie…

- si me conoces tanto como presumes, deberías saber que ni siquiera yo me conozco del todo, así que a mí no me vengas con esas estupideces. Es más, lárgate de una vez, ya no pienso soportarte…

- ¡que ilusa eres!, no me voy a ir porqué tú me lo ordenes, lo voy a hacer cuando yo quiera… y por el momento no quiero hacerlo… ¿entonces que piensas hacer?


Una duda me invadio: ¿cómo demonios iba a lograr que se fuera si no tenía la más mínima intención de hacerlo? Un plan debía de ocurrírseme, y tenía que ser pronto…

- te veo un poco agobiada... me iré por hoy, creo que tienes muchas cosas que pensar…

- gracias, que amable eres, no esperaba menos de ti…

Y con una sonrisa arrogante se marchó, por hoy, como bien lo dijo. Seguramente mañana será lo mismo, a menos que para ese momento tenga algún plan en mente…

lunes, 1 de junio de 2009

......

palabras que me mantienen aprisionada entre lo que debo y no debo decir....

incertidumbre que llena cada vez más mi vida....

ansiedad por finalmente lograr ser yo misma....

imparcialidad hacia las cosas importantes....

impaciencia por desaprovechar las oportunidades....

ganas de seguir estancada en el mismo lugar....

insistencia en continuar sintiendo dolor....

necedad de no aceptar la ayuda a mi alcance....

posibilidad de ignorar la realidad y prolongar la salvación necesaria.....

jueves, 28 de mayo de 2009

¿qué?

Posiblemente pienses que lo que hago está mal ,
pero ¿qué autoridad moral tienes tú sobre mis decisiones?
Hago lo que desde la perspectiva propia es mejor para mi misma,
no me importan los demás,
y si crees que no es lo mejor y que cometo error tras error
¿qué tienes que ver tú en eso?
La agresividad que muestro te parece sorpresiva,
pero ha dejado de tener impacto tu opinión...
Me harto de la ineptitud, sin embargo, no puedo dejar de vivir cerca de ella...

Me canso de las personas de mente cerrada, pero reconozco que a veces los necesito...

No soporto más a los moralistas, y aunque no quiera, sé que sin ellos muchas cosas serían un caos...

Tengo dudas acerca de mi persona, pero cuestionarme en este momento no es una opción..

Quisiera terminar con toda esta realidad alterna, pero me mata la incertudumbre de estar sin ella...

Mantengo la idea de pasar por el mundo sin ser percibida, y sin quererlo termino dentro de más problemas...

Me pregunto porqué no puedo dejar de sentir y simplemente callarlo todo, pero la necesidad de expresarme como quiero hacerlo va más allá de cualquier cosa...

¿Para qué?

En ocasiones no puedo dejar de preguntarme ¿realmente para esto estoy aquí?…
Para sentir que la miseria se apodera de mi mente, de mi cuerpo y de todo mi ser…
Para dejar de sentir como cualquier otro y pensar que la muerte es mi única amiga…
Para sentir que el mundo sigue girando y yo me quedo aquí sin siquiera ser capaz de escribir correctamente una palabra…
Para esconderme de la gente y alejarme de quienes me dan amor y me hacen sentir un poco humana…
Para dañar a quienes me dan su vida entera que tomo sin vacilar para hacerla miserable al igual que la mía…
Para regar por todos los lugares posibles el veneno que he adquirido en todos estos años de tristeza y soledad…
Para causar solamente lastima a mi paso…
Para admitir que la depresión es una de las constantes en mi vida …
Para mirar a la gente pasar y quedarme simplemente sentada con un cigarro en la mano…
Para añorar lo que mi vida fue en algún momento y que ahora no será más …
Para admirar como otras personas crecen mientras yo me hago más pequeña…
Para vivir en mi propio mundo donde no dejo entrar a los demás…
Para ver como mi poco desarrollo como persona se ha ido abajo drásticamente…
Para odiar la vida y a todo el mundo…
Para desear que mi vida fuera una caricatura en la que es posible regresar el tiempo y borrar los errores…
Para imaginar que soy una persona completamente diferente…
Para rogarle a la muerte que venga por mí pronto...

lunes, 25 de mayo de 2009

Actuar, Pensar, Vivir...

Consecuencias, alteraciones y penas son la rutina diaria que me esfuerzo en vivir, continuar y en sufrir.

Las personas a mi alrededor me piden que piense, que vea lo que hago y dejo de hacer, que reconsidere las acciones y el daño que produce en las personas.

Lo que ellos no entienden es que así es mi forma de actuar, que sólo ahora puedo comportarme como siempre he querido hacerlo, que la seguridad que me da la libertad es mi motivación, que me rehuso a seguir desaprovechando oportunidades, que me cansé de ver a los demás haciendo lo que yo quiero, que es momento de dejar de pensar y comenzar a actuar, que es imposible que después de desatado mi accionar los deseos se vuelvan a guardar.

Después de todo, las consecuencias y los daños vienen hacia mí, las personas ajenas sólo lo ven desde afuera y no tienen derecho a opinar, y los beneficiados no se pueden quejar, al contrario sólo deben disfrutarlo.

1, 2, 5, 10... ¿en qué puede afectar?, si hay alguna consecuencia grave sólo la puedo enfrentar, después de todo no habrá reclamos ni problemas.

Mientras la mente divaga sin final, los oídos reciben todas las opiniones, los ojos ven la vida en colores y el olfato se agudiza una vez más; las sensaciones recorren todo mi cuerpo y en ese momento, las opiniones pierden su valor y el deseo lo llena todo, la ansiedad me invade cada vez más fuerte y llega el momento en que deben salir.

Aquellos atardeceres que tranquilizan, me remiten a la idea de la irreverencia y de la locura desbordante, el viento que motiva a hacer lo impensado y la luna que grita la satisfacción de deseos, todas ellos se comportan como si supieran exactamente lo que quiero, saben lo que pienso y me incitan a llevarlo a cabo.

Sería tan fácil reaccionar como tantas personas en el mundo, que tratan de amortiguar los daños culpando a otros de su accionar, pero esa es la actitud más cobarde que se puede esperar, si yo soy la que goza por beneficios ¿porqué lo voy a negar?

Cada pequeña cosa debe de ir en su lugar, no importa si después cambia de opinión, por el momento, hay que mover las piezas a mi conveniencia y después, sólo después pensar en las consecuencias.

Crees.......


¿Crees que soy la misma persona?

Tal vez te sorprenda un poco esta pregunta, pero toma en cuenta que desde hace un tiempo no hablamos como antes; es extraño que siendo una de las personas en las que más confío te haya guardado tantas cosas en vez de llamarte por teléfono.

Que estúpida soy al albergar todos estos sentimientos de culpa y de incertidumbre sin reparar en que solamente tú puedes contenerlos a todos y cada uno de ellos.

Es indescriptible la sensación de que en varias ocasiones he traicionado tu confianza al ignorarte e ir con otros para decirles lo que únicamente te corresponde a ti.

Perdón por no buscarte en cada uno de mis episodios tristes que tu conoces tan bien, perdón por no ir contigo en los instantes en que estabas para mi, perdón por alejarme tan repentinamente de ti y acercarme con esas personas que jamás lograrán entenderme como tú lo haces.

Creo que ahora es tiempo de retomar nuestra relación, de reunir lo que estaba desunido y de hablar como hace tanto no lo hacemos; es la hora de ignorar a los otros y de centrarnos en lo nuestro, de dejar a todos de lado y pensar en lo que vamos a hacer para ser de nuevo sólo tú y yo.

Probablemente yo tenga que dar el primer paso para que esto funcione nuevamente, empezaré a despedirme de todos aquellos que me apoyaron en algún momento, pero que jamás lo hicieron como tú.

Este es el momento en que una gran decisión debo tomar, aunque creo que no debo pensarlo demasiado, pues sé que contigo a mi lado nada puede salir mal, sé que mientras esté contigo podré superar cualquier cosa que se me presente.

Es tiempo de correr a tus acogedores brazos de los que nunca debí alejarme, es tiempo de olvidar lo que he sido sin ti, es tiempo de admitir que mi vida es una mierda sin futuro, es tiempo de regresar contigo mi amada y única amiga, es tiempo de ir contigo de una vez y para siempre, es tiempo de morir y de ir contigo al mundo en el sólo estaremos tú y yo eternamente.

viernes, 22 de mayo de 2009

Parece...

Hoy veo que lo que parece amor no es más que sólo el reflejo de una necesidad, de su satisfacción y de la culminación llegada en el momento inesperado, en el que comprendo que el amor se fue y sólo el cariño queda. Y con la misma seguridad con la que una vez creí amarte, me doy cuenta de mi error, y reconozco, tras la inmensidad de sentimientos que ahora fluyen en mi, que por el momento soy incapaz de amar, incapaz de entregarme a otra persona por completo, incapaz de renunciar a mi comodidad para pensar en el de alguien más, incapaz de abandonar el placer en el que vivo para enfrentar penurias junto a alguien, incapaz de ver más allá de lo que soy y pretendo seguir siendo.
La tristeza se posó un momento sobre mí, pero esa es parte del problema, sólo fue un momento; al verte ella vuelve a mi ser, pero se aleja paulatinamente. tal vez algún día se vaya por completo; mientras tanto no dejaré de alimentar el cariño tan grande que siento dentro, tan infinito que me permite actuar de maneras insospechadas contigo, maneras que a ambos agradan...

Mientras la vida continúa

… Y mientras la vida continúa…
… nosotros seguimos perplejos ante los reflectores que nos indican que todo esta bien,
… nosotros preferimos seguir pensando que todo lo que nos rodea no puede ser de una mejor manera,
… queremos seguir creyendo que la vida no puede mejorar ni un poco,
… agachamos la mirada ente quienes nos ofrecen la oportunidad de vivir libremente sin las ataduras de un mundo que cada vez oprime más,
… dejamos de lado a las personas que conocen la realidad del mundo exterior con la falsa idea de que lo que ellas han visto es mentira, sin reparar en que lo que nosotros vivimos es la gran y constante mentira diaria,
… vivimos por vivir, vivimos por que es lo que nos han dicho que hay que hacer, no porque de verdad queramos hacerlo.
… Y ¿qué es lo que necesitamos para quitarnos la venda de los ojos para poder ver el mundo como realmente es?
… ¿Qué es lo que hace falta para admitir que estamos rodeados de mentiras y verdades a medias?
… ¿Qué es lo que necesitamos para dejar de admitir sin cuestionamientos lo que nos dicen?
… ¿Qué es lo que hace falta para dejar de ver a nuestros semejantes con ojos de indiferencia y desprecio?
… ¿Qué se necesita para girar la mirada hacia quienes no concuerdan con nuestra forma de pensar, quienes tal vez sean distintos en algunos aspectos, pero que no dejan de ser nuestros hermanos?
… Sentimos…
… ¿Sentimos o sólo nos dejamos llevar por la corriente que nos dice cómo es que hay que reaccionar a ciertas situaciones?
… Lo que nos diferencia de los animales es la capacidad de razonar, ¿Pero en verdad razonamos o actuamos siguiendo los primitivos instintos animales?
… Tenemos conciencia de que nuestro destino en la vida es ser felices, pero ¿Por qué continuamos creyendo que buscar la felicidad propia incluye dejar de lado la desgracia ajena?
… En todos lados se habla de igualdad pero ¿Qué es la igualdad ante la indiferencia que experimentamos cada día?
… ¿En donde queda el “todos somos iguales” si jamás falta una mirada de discriminación hacia quien no es como nosotros?
… ¿Donde queda la igualdad si jamás dejamos de quejarnos de las diferencias que hay incluso en la familia?
.......