domingo, 19 de julio de 2009

Soñar

Ayer soñé de nuevo contigo. A diferencia de los otros días, este sueño fue tranquilo, un poco coherente, no tan alejado de la realidad, casi como si estuviera despierta.

No hubo una trama ni nada parecido, simplemente llegaste y llevamos a cabo la rutina como siempre lo hacemos; compartimos momentos, experiencias y palabras.

La cotidianeidad de las actividades me hizo creer que realmente estaba despierta, tanto que llegué a preguntarme: ¿pero si estaba en mi casa, cómo llegué aquí? Decidí no hacer caso a las dudas que me rondaban y disfruté la vivencia.

Después de cenar platicamos un rato en mi cuarto, escuchamos música e hicimos el amor; todo normal. Definitivamente eso era demasiado real.

Dormimos abrazados, me perdí por completo en el sueño. Cuando abrí de nuevo los ojos noté que no estaba ni contigo, ni en mi casa... ¿dónde estaba?

Con sobresalto vi lo que me rodeaba y noté que parecía el interior de una celda; eso si que debía ser un sueño... lamentablemente no lo era.

Al ver a mi compañera de celda recordé lo que había pasado: en un arranque de furia fui a tu casa a reclamar el que me engañaras, en medio de la discusión sin más te maté, no quise hacerlo pero lo hice, ni siquiera intenté escapar, la policía me encontró junto a tu cuerpo, declaré mi culpabilidad y me sentenciaron a varios años en prisión.

Completamente abatida por la tristeza me senté en la orilla de mi nueva cama, por la pequeña ventana de la celda vi la hermosa luna de esa noche, tal como nos gustaba a ambos. Con lágrimas en los ojos me dí cuenta de que aun te amo, de que no sé porqué lo hice y de que este sueño se va a repetir una y otra y otra vez, no sé hasta cuando...

No hay comentarios: