sábado, 25 de julio de 2009

Ominosa Realidad (1)

Ahí estabas tú, tan implacable como el día que te conocí, con esa forma de actuar que me atrajo desde el primer momento, hasta que por fin cruzamos palabras en aquel lugar, en el más impensado momento.

Curiosa es la forma en que las situaciones se dan, de forma enmarañada y confusa, tanto como la relación que se empezó a gestar entre nosotros. Mientras los rumores crecían sobre lo que podía estar pasando, tú y yo no dejamos que se inmutara lo nuestro.

¿Lo nuestro?

¿Pero qué era lo nuestro?

Una simple relación cordial que se confundió con algo más, un espejo para escapar de lo que jamás permitimos que pasara, una ilusión dentro de una frágil burbuja llena de esperanzas vacías.

Aquel día pasó lo que ambos deseábamos, la culminación de nuestras esperanzas gestadas a lo largo del tiempo en que nos conocimos, la entrega total a otra persona, la que tal vez jamás pensamos que llegara a suceder.

Indudablemente merecíamos un premio por la forma tan magistral de disimular el pasado bastante reciente ante los demás, aun no logro terminar de entender porqué no lo notaban si en algunas ocasiones era tan obvio; creo que la percepción de las personas a veces no funciona bien del todo.

Fingir que la situación era como siempre lo fue se tornó en algo complicado, afortunadamente soportamos las miradas indiscretas y los recuerdos aflorantes.

Que fácil era reír y hablar igual que siempre lo habíamos hecho, tratando temas que no tenían un interés particular y deshilachando historias que hacían volar nuestra imaginación; definitivamente la inventiva era nuestro fuerte, curiosamente me di cuenta demasiado tarde como para pedirte que inventáramos juntos un nuevo futuro en el que no existiera una relación entre nosotros.

Un beso en la mejilla como cualquier otro, un abrazo de vez en cuando para demostrar que el cariño seguía vigente, una mirada cualquiera, una conversación insignificante y otro beso de despedida, era la rutina casi diaria que llevábamos a cabo como si la hubiéramos ensayado antes.

Con anterioridad había pensado en hablar contigo sobre ciertas situaciones, sobre dudas que se estaban gestando en mi, pero siempre me detuvo la incertidumbre de si tú contestarías a cualquier cosa que te preguntara; ¿qué tal si ya no querías hablar más sobre ese tema?, ¿y si la presión que ejercían sobre ti los recuerdos era lo que hacía que nos mantuviéramos con esa distancia que a veces parecía enorme?

Esa plática se tuvo que aplazar lo suficiente, hasta que me enteré de la noticia más trágica de mi vida: un embarazo. Desde ese momento mi mundo se fue abajo inevitablemente, sentí que la razón me abandonaba y la locura se posaba en mí.

Ese día fue el más misterioso de mi vida, desde que me levanté de la cama tuve la impresión de que algo me marcaría para siempre. Verte de nuevo fue como siempre lo había sido: una mirada discreta para averiguar cómo amanecimos y un saludo cordial y sincero para continuar manteniendo las apariencias.

Después de toda esa parafernalia de cortesías, te dije discretamente -necesito hablar contigo-, el tono y la seriedad con la que hablé llamaron poderosamente tu atención. La plática se llevó a cabo después de terminadas nuestras diferentes actividades, el nerviosismo me invadió por completo y apenas pude decir unas pequeñas palabras que dieron a entender todo lo que pretendía comunicar; tu mirada se clavó en mi como un arma diseñada especialmente para matarme de forma lenta, tus ojos antes llenos de luz y alegría dijeron lo que tu boca no se atrevía; leyendo tus pensamientos te dije -no te preocupes, voy a abortar-, y entonces, sólo por un instante pude ver que tu cara se iluminó diciéndome -haces lo correcto-. Probablemente hasta ese momento te diste cuenta de que te conocía más de lo que pensabas.

Después de la discusión obligada sobre cómo y cuándo se llevaría a cabo el acontecimiento decisivo en nuestras vidas, decidimos ir a un lugar más privado para hablar de esos asuntos.

1 comentario:

Kaban dijo...

A petición de algunas personas aquí está, por fin!
Espero les guste...