sábado, 11 de julio de 2009

Tardanza

Hoy también, al despertar, Ana recordaba con anhelo a Carlos, el aroma que él dejaba en su cuerpo era indescriptiblemente seductor, tanto que la mantenía por unos minutos estática al pie de la cama.

Mágicamente, la realidad volvía a ella para que comenzara sus actividades diarias, todo con tal de llegar a tiempo a su casa para recibirlo como habían quedado.

En el trabajo, con los amigos, en la calle, en cualquier parte, su concentración se perdía por un momento, sólo para pensar en él, para añorarlo.

Llegó corriendo a su casa, comió lo primero que encontró en el refrigerador y tomó un baño rápido; dedicó bastante a su arreglo personal pero al final de la larga jornada lucía hermosa, lista para recibir a su amado.

Una hora, hora y media, Carlos no llegaba, ni siquiera un mensaje para avisarle que iba a llegar tarde.

Ana comenzó a preocuparse, ¿qué tal si le había pasado algo?, trató de alejar esos pensamientos de su mente, pero la duda era muy grande como para alejarse por completo.

Tres horas.

Seguramente algo había pasado.

Se dirigió al teléfono, notó que por la prisa con la que llegó no vio que tenía un mensaje en la contestadora:

"Hola, perdón por avisarte así pero quise esperar a que no estuvieras en casa para llamar... eh... no sé cómo decir esto... creo que lo nuestro ha ido demasiado lejos, me parece que te estás enamorando y la verdad me estoy cansando un poco de esto... he decidido que es mejor dejarlo hasta aquí... perdón y gracias por todo... por favor no me vuelvas a buscar... adiós"

Con lágrimas en los ojos fue a su habitación y se recostó en la cama para respirar su aroma por un momento, sólo un momento antes de intentar dormir, justo como en los días en que él se quedaba a dormir con su esposa.

1 comentario:

suspiros dijo...

cuando comenzamos a taponear la realidad con fantasias, quizá deberiamos poner más atención a dichas fantasias, que nos dicen, porque fantasear con el final y no con un futuro? En realidad solo son una forma más de advertirnos, de decirnos que algo hay que cambiar o que quizá, realmente lo que queremos y necesitamos es eso, el final...

un abrazo